Lo estético es un adjetivo que posee una significación individual y subjetiva que depende del punto de vista subjetivo del individuo.
Con la familiarización de un concepto estético no se busca un fin trascendental para el conocimiento o para la aplicación de la vida cotidiana, la postura estética busca un deleite de los sentidos que no lleve a la admiración de una situación, un objeto, una obra de arte o hasta una obra arquitectónica, la postura estética por consiguiente nos exige la captación, la asimilación y la percepción de lo vivido para entender y obtener un concepto estético adecuado.
En cuanto a el interés se observa que este puede tomar dos vías distintas, por un lado puede describirse un interés intelectual que es el que permite al individuo indagar para conocer una verdad o para enriquecer sus conocimientos; por otro lado, encontramos el "interés" estético, que para Kant es una cualidad inexistente, ya que este nos llevaría a la consecución de un fin específico, tarea que la estética no realiza, puesto que esta se encarga de una observación pura del objeto en sí.
La existencia del concepto "interés" en las situaciones estéticas para Kant, no debía incluirse dentro de estas, pues este movería al ser humano a anhelar algo o a repulsar un objeto o una experiencia.
Las observaciones estéticas son contactos puros con obras o eventos; no podemos juzgar estéticamente ya que este estado nos exige una evolución espiritual libre de prejuicios y resoluciones que pueden otorgarse al finalizar un experiencia u observación.
Un aspecto destacable del texto nos muestra las formas en las que se puede diferenciar una postura estética de tareas como la cognición o la búsqueda de experiencias prácticas. En la cognición la persona que observa una situación es consiente de que desea indagarla a fondo para poder encontar sus posibles causas o para poder llegar a una verdad que le permita elevar la situación a niveles superiores al igual que su entendimiento. Por otra parte, aquellos que buscan obtener experiencias por medio de la observación de situaciones, se encargan de darle a estas un sentido útil para el desarrollo de la vida cotidiana, juzgándolas desde puntos de vista propios y sometiéndolas a juicios éticos y críticos; aquel que busca poner en práctica o aprendido intenta proporcionar una solución lógica y sencilla a un problema.
La estética por otra parte nos aparta de sentimientos de exclusión, repulsión, deseo, avaricia entre muchos otros que si evidencian al poner en práctica posiciones de tipo cognitivo o experimental; por tanto la experiencia lleva al ser a una observación pura libre de juicios, nos permite percibir el objeto en sí.
