viernes, 22 de abril de 2011

INTRODUCCIÓN


GUSTO ESTETICO
“VALORES Y MITOLOGIA GRIEGA”
He querido empezar esta guía con un ejemplo de esos grandes acontecimientos que ponen a prueba a los seres humanos y a las sociedades, como ejercicio que nos permite confirmar nuestra convicción sobre la importancia que representan los valores en nuestra vida.
Las situaciones extraordinarias reclaman de nosotros una respuesta pronta, tenemos que decidir entre distintas opciones. Pero la elección entre valores no es sólo un desafío de las grandes catástrofes. En el día a día se nos exige elegir entre la ganancia personal y la justicia, entre la conveniencia propia y la honestidad, entre el egoísmo y la solidaridad.
Los valores son asunto de todos los días, y educar en ellos es requisito indispensable para formar buenos ciudadanos. Aristóteles decía que una golondrina no hace verano, en alusión al hecho de que hacer algo bueno una sola vez no convierte a nadie en una buena persona. Para serlo, se ha de desarrollar el hábito de actuar correctamente.
Es fundamental que por medio de la cultura se realicen los valores, ya que cada valor da paso a una rama cultural y consecuentemente, cada rama cultural encierra un valor. El valor se comprende preguntando cuál es el fin que el hombre persigue, cuál es el propósito que lo anima en el inagotable esfuerzo de cada día, cuál es la meta que lo orienta en la infinidad de actos que lleva a cabo en su vida cultural.
En cuanto a la Mitologia esta alude a los fenómenos naturales  y le añade imaginación, creando  una historia  bella y fantasiosa, que es como una explicación ficticia de la realidad  palpable. Una historia se diría  que ha nacido para hacer bello y agradable lo desagradable.

En realidad, todas las historias de la antigua Grecia emanan un gran sentimiento por lo humano y por lo cultural que diferencian bien de lo religioso y hasta puede afirmarse que prevalece la Cultura y la Ciencia sobre la religión, de tal modo que puede asegurarse que los griegos hacen una Cultura de la religión. Y primero es siempre la belleza literaria, argumental y narrativa que la moraleja que de ella pueda desprenderse. Belleza y Literatura están por encima del sentimiento religioso, porque estamos frente a una religión humanística. Y cuando los griegos adoran a los dioses lo hacen en función de su Ciencia o de su belleza, jamás por miedo o en función de su poder. Y cuando, con el paso de los tiempos, Zeus se convierte en padre de los dioses, lo es en función de su mayor Ciencia. Con lo que cualquier moraleja deja en preponderancia la Belleza y la Ciencia por encima del poder o de la fe porque, en definitiva, Ciencia y Belleza son las que dan poder. Y no hay falsa moral, porque no hay necesidad de poder.